al principio, miraba la sonrisa de los que me rodeaban, mas tarde comencé a mirar que mi rostro podía desprender una sonrisa y lo mejor... podía arrancar sonrisas a los demás. creía que la felicidad era esa "chispa" que nos mantiene vivos a todos ... sin embargo un día me abrazó el dolor como una llamarada eterna que se mantuvo dentro de mí, quizás por siempre.
entonces, todo parecía haberse dado vuelta, no sabía como mirar ahora este nuevo universo que se habría para mí. ¿Cómo puede ser? El dolor permanece por siempre y la felicidad apenas dura un instante... y si, la realidad era esa. a partir de ese momento me sentí condenada, absorta, triste, lastimosa. no podía más que resignarme ... una noche, una estrella fugaz atravesó el cielo de la casa de mi infancia. la estrella rajó el cielo oscuro en dos, y dejó una estela tan brillante que jamás pude olvidar. sonreí, me emocioné. tal vez esta pequeña representación de la naturaleza, sirvió para que pudiera considerar lo que sentía y mi visión al respecto del mundo.
el dolor llega, penetra la piel y ya nunca pero nunca más se aleja de nosotros ... vive con nosotros, sufre con nosotros, teme con nosotros y por sobre todo, envejece con nosotros.
en cambio, la felicidad no, llega, comparte nuestro espacio por una leve fracción de segundo y luego se disipa en el aire para el resto de la eternidad.
pero... ese recuerdo de ese instante regresa a nosotros infinidad de veces, repetidas veces, incalculables veces, a lo largo de toda nuestra vida. pero siempre regresa igual, joven y fuerte, cándido y fresco, inocente y glorioso. En cambio el dolor, siempre se muere dentro de nosotros. es como si nuestra vida fuera un "cementerio de dolores" pero al mismo tiempo es un "jardín de pequeños brotes de felicidad".y en realidad, así he vivido mi vida. dejé de creer que algún día alguien traería la felicidad a mi vida atada como si fueran una cantidad de globos de colores, para sentir que nosotros, todos, éramos actores de una gran "comedia celestial" en la cual el guión siempre nos marca los pasos, y nos encarrila indefectiblemente hacia el sufrimiento, pero cuando menos lo pensamos, una brisa fresca nos moja las orejas y nos despabila de nuestra realidad. se convierte es esa Felicidad tan buscada.
es así, la felicidad que se busca jamás se encuentra ... la felicidad llega por asalto en los momentos menos pensados, sorpresiva y traicionera, pero llega, llega siempre. y así como llega, se va.Claro, todos buscamos la felicidad cerca, pero a veces la respuesta está en saber cuando llega el momento de dejarnos atrapar por esta bocanada de aire fresco. haciendo de cuenta que no nos importa que llegue, pero emocionándonos hasta las lágrimas cuando aparece en forma de un refresco para el alma que dura solo un instante...pero para siempre jamás.
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